Escapada a Sanlúcar de Barrameda

Sabiendo que somos de la zona de Cádiz (más concretamente de El Puerto de Santa María) seréis muchos los que os asombréis cuando os digamos que la mitad de QuieroTravel no conocía la preciosa ciudad de Sanlúcar de Barrameda ¡pero es cierto! Servidora no había tenido la oportunidad de visitarla y a honor de la verdad, regreso de esta escapada encantada y maravillada a partes iguales.

¿Por qué Sanlúcar de Barrameda? Buscábamos un lugar cercano al Puerto de Santa María, que nos permitiera movernos con facilidad de una ciudad a otra en el caso de que tuviésemos que volver a casa pronto (ya sabéis, el Covid-19 sigue conviviendo con nosotros y las limitaciones, aunque no haya Estado de Alarma, siguen ahí y en cualquier momento se pueden endurecer). Además mi desconocimiento acerca de la ciudad solo hacía más latente mi deseo por conocerla, antes incluso, que otras de la Bahía de Cádiz. Por último, había escuchado hablar muy bien de Sanlúcar por parte de amigos y otros conocidos, por los que mis expectativas estaban por las nubes. Así que con todas estas razones sobre la mesa, ¡allá que fuimos!

Decidimos alojarnos en la ciudad y echar una noche y dos días para conocerla mejor; y aunque había opciones bastantes interesantes dónde poder pasar la noche, acabamos decidiéndonos por el Hotel Barrameda, el cual, se encuentra situado en pleno centro del casco histórico, en la famosa Plaza del Cabildo. Pero no adelantemos acontecimientos, ¡empecemos por el principio de nuestra mini-escapada!

Primera parada: Bajo de Guía

Dejamos aparcado nuestro coche muy cerca de la estación de autobuses de Sanlúcar de Barrameda (siendo esta su única opción de transporte público para llegar hasta la ciudad). De allí pusimos rumbo a nuestra primera parada: la zona de Bajo de Guía y aquí tengo que hacer un pequeño paréntesis:

Sanlúcar de Barrameda se sitúa justo en la desembocadura del río Guadalquivir, lo que le ha dado durante toda su historia una impronta muy característica, en la cual profundizaremos un poco más adelante. Quedaros con el dato de que es uno de los ríos navegables más importantes de toda España, ya veremos por qué. Además, justo a la otra orilla del río se encuentra el Parque Nacional de Doñana, que es una de las joyas naturales de mayor relevancia nacional. Teniendo todo esto en cuenta, volvemos a nuestro paseo por Bajo de Guía.

Bajo de Guía es el barrio marinero por excelencia, allá donde hoy se encuentra la popular playa de la ciudad de Sanlúcar. Al estar situado en la desembocadura del río, podemos decir que no es una playa al uso, puesto que la gran mayoría da al río y no al Océano Atlántico. Aún así, pasear por el maravilloso y amplio paseo, con un agradable viento de poniente (que traducido significa que disfrutamos de una brisa bastante fresquita pero agradable) y con Doñana al fondo, hacen de la estampa una imagen maravillosa. Hoy, en esta zona, podréis encontrar gran cantidad de restaurantes y bares.

¿Qué vimos en Bajo de Guía?

Centro de Visitantes «Fábrica de Hielo»

Nuestra primera parada fue en el Centro de Visitantes «Fábrica de Hielo». Cuando llegamos, nos asombramos al ver su fachada exterior, pues está decorada con azulejos de vivos colores. La mezcla de azules, blancos y amarillos atraen las miradas de todos los que pasan por allí (no hace falta ser turista para maravillarte con la decoración exterior). Nosotros aprovechamos la ocasión para hacernos unas cuantas fotos, tomándolo de improvisado photocall.

Es la hora de mojaros: ¿Quién posa mejor y por qué soy yo? 🤪

El edificio alberga en su interior dos plantas de exposición dedicadas cada una de ellas a un tema en concreto: la primera, nos presenta la flora y fauna de la desembocadura del Guadalquivir, recalcando la importancia de las marismas de Sanlúcar de Barrameda y su relación con el Parque Nacional de Doñana; y la segunda, muestra la estrecha vinculación de la ciudad con el descubrimiento de América. Tanto la planta baja, como la primera planta son muy didácticas, con paneles explicativos, recreaciones, y obviamente, supone un magnífico punto de inicio de partida para conocer y entender la importancia, tanto natural como histórica y cultural, que ha cosechado Sanlúcar de Barrameda a lo largo del tiempo.

Podemos decir que la experiencia nos gustó mucho. Sobre todo, nos sorprendimos gratamente cuando al subir las escaleras al primer piso nos encontramos una replica ENORME de la Nao Victoria. Flipamos con la minuciosidad de los detalles del barco, ¡hasta los cañones estaban reproducidos a escala! Fue totalmente impresionante y ya solo por esto merecía la pena haber entrado en el Centro de Visitantes. Pero aún hay más. Justo al lado de la Nao Victoria, podíamos observar barriles y otros enseres apilados, como si de verdad nos encontrásemos ubicados en el puerto y fuésemos a embarcar hacia el nuevo mundo.

El espacio se ve completado con un panel explicativo de la historia de la ciudad en relación al descubrimiento de América. Fue en esta ciudad desde donde Cristóbal Colón partió en su tercer viaje transoceánico, también desde donde Magallanes realizó el primer viaje de circunnavegación al globo terráqueo. Todos estos hitos se enmarcan en la edad de oro de la ciudad, los cuales pudieron darse gracias a la ubicación excepcional de la ciudad, en plena desembocadura del río Guadalquivir. Recordemos que era al puerto de Sevilla, a donde llegaban las principales mercancías provenientes de América y esta recepción se hacía a través del río que une ambas ciudades.

El Centro de Visitantes cuenta además con una pequeña tienda de productos locales, libros de diferentes estudios sobre Doñana y otras cuestiones, así como de una terraza-mirador, que os recomiendo encarecidamente subir. No se tratan de muchas escaleras, pero las vistas al río, Doñana y la playa de Bajo de Guía, son imprescindibles.

Monumento a la Romería del Rocío

Como no podía ser de otra manera, Sanlúcar homenajea con este monumento a todos los romeros y rocieros que sienten devoción por la Virgen del Rocío. ¿Qué no sabéis de qué se trata? No os preocupéis que os dejamos esta pequeña píldora sobre la Romería del Rocío:

Todos los años (antes de vivir la pandemia del Covid-19 que nos azota en estos momentos) se realiza la peregrinación hasta la aldea del Rocío, ubicado en la aldea del municipio de Almonte, Huelva. Esta peregrinación pasa por Sanlúcar de Barrameda, donde grandes multitudes y carros tirados por caballos, en un ambiente festivo, cruzan en barco hasta el Parque Natural de Doñana, siendo este uno de los caminos necesarios para llegar hasta el Rocío. Se trata de una peregrinación que suele aglutinar a fieles, no solo de diferentes puntos de España, también del extranjero. Normalmente, las hermandades que realizan la peregrinación salen con una semana de antelación, pues deben llegar antes de la víspera de Pentecostés a la aldea del Rocío. El Domingo de Pentecostés es el día grande, aunque durante el fin de semana se desarrollan diferentes actos, misas y otras actividades ¡Sin duda, tanto rocieros como romeros se sienten súper orgullosos de su fiesta y su devoción a la Virgen, y lo demuestran de una forma muy festiva y única!

Evidentemente esta relación, tan estrecha, que vive Sanlúcar de Barrameda con la aldea del Rocío y con todos los que se involucran y viven esta festividad, es muy curiosa. Antes de que os hablásemos de ella ¿la conocíais? Por si os quedáis con ganas de conocer más, os recomiendo el canal de televisión de Andalucía: Canalsur, el cual suele retransmitir varios programas que tienen como protagonista la Romería del Rocío.

Capilla de Nuestra Señora de Guía

No podíamos dejar de visitar la pequeña capilla dedicada a la Señora de Guía. La encontramos cerrada, pero desde la puerta se podía observar ramos de flores, velas encendidas, entre otras en señal de devoción. Esta capilla se encuentra encomendada a la Virgen del Carmen, que es protectora de todos los marineros de ahí que se ubique justo al lado de la playa. Dentro de la pequeña capilla se encuentra la imagen del siglo XVI de Nuestra Señora de Guía. ¡Ojalá pudiésemos haberla cogido abierta! No obstante, se agradece que aun cerrada, se pueda ver la imagen desde los cristales de la puerta.

Monumento a la circunnavegación

Alejándonos un poco de todo lo anteriormente mencionado, encontramos esta imagen conmemorativa de la primera circunnavegación que protagonizó Fernando de Magallanes al mando de la expedición que le daría fama mundial. Como ya comentábamos más arriba, Sanlúcar de Barrameda fue un puerto importante desde donde partían grandes cantidades de barcos, que se adentraban por los mares para poder comerciar los productos transoceánicos; y en el caso de la expedición de Magallanes, en busca de nuevas rutas para llegar hasta América. Esta imagen la podéis encontrar en el Paseo Marítimo de la ciudad, justo frente por frente de la gran noria que mira hacia el río, ubicada al final de la Avenida Calzada Duquesa Isabel. No tiene pérdida.

Segunda parada: El Hotel Barrameda

Después de quedarnos prendados de Bajo de Guía era el momento de poner rumbo hacia el casco histórico de Sanlúcar de Barrameda. Para ello, ya que estábamos justo en la Avenida Calzada Duquesa Isabel, decidimos subir por este agradable paseo y en menos de diez minutos ya estábamos prácticamente en la Plaza del Cabildo.

Más o menos a la mitad del recorrido, se encuentra la Oficina de Turismo de Sanlúcar de Barrameda, en la que os recomendamos hacer un alto en el camino para que os den toda la información necesaria sobre monumentos y lugares de interés que visitar. Igualmente, siempre podéis encontrar toda la información en su página web oficial. A nosotros nos sirvió de mucha ayuda cuando estuvimos planificando qué queríamos ver.

Avenida Calzada Duquesa Isabel, muy cerca de la gran noria del paseo marítimo

Antes de continuar nuestro camino paramos en el coche para recoger las maletas, pues íbamos buscando el hotel donde pasaríamos la noche: el Hotel Barrameda, que se ubica en la Calle Ancha, pero que da a la famosa Plaza del Cabildo, la plaza principal y más fotografiada de todo Sanlúcar y entendemos el motivo. La plaza es preciosa y en el cuál se genera gran bullicio por las personas que pasean por la Calle Ancha, que al ser peatonal fomenta el trasiego de personas y turistas, así como la proliferación de terrazas de bares y heladerías.

Os parecerá mentira, ¡pero no hemos hecho ninguna sola fotografía del hotel! y podréis pensar ¿tan mal hotel era, que ni una foto le han hecho? ¡pues todo lo contrario! Estábamos tan encantados con el hotel y lo disfrutamos tanto, que no nos paramos a pensar que teníamos que hacerle una foto para nuestro blog (fallo de novatos, no volverá a pasar).

El hotel es súper coqueto, cuando entras, a lo primero que das es a un pequeño patio exterior que tienen, muy bonito y agradable. Pasas la puerta y a la derecha encuentras el mostrador de recepción y a la izquierda, la sala para los desayunos. La joven recepcionista que se encontraba en el mostrador, nos comentó que como no podían ofrecernos el desayuno (puesto que estaban completo, y aun nosotros no habiéndolo solicitado, pero estando la opción de que lo pudiésemos hacer) nos ofrecieron una habitación un poco superior, una que da al exterior, en concreto a la Calle Ancha y a la Plaza del Cabildo. Nosotros, simplemente flipamos con la habitación. Todo súper limpio, el aire acondicionado no se escuchaba para nada, el baño súper completo (¡y oye el agua de la bañera no se salía con la mampara de la ducha! ¡que en todos nuestros viajes siempre, siempre, el agua de la bañera termina empapándolo todo!), la cama puede una de las mejores, o si no, la mejor en la que he podido dormir en un hotel (y eso que no tengo la espalda sana) y sobre todo, la habitación era silenciosa y eso que estábamos en todo el trasiego de la ciudad.

No tenemos fotografías para poder enseñaros la habitación, pero sí un pequeño vídeo que os servirá para ilustrarlo.

Tercera parada: Conociendo el casco histórico de Sanlúcar de Barrameda

Dejadas las maletas en la habitación, retomamos la visita por la zona más noble de Sanlúcar de Barrameda. No podíamos comenzar nuestra visita al casco histórico sin pasar primero por la Plaza del Cabildo, la cual atravesamos con las maletas. Sin embargo, el lugar bien merecía una parada más larga (y sin maletas) para poder disfrutarla en todo su esplendor. Una vez terminamos de hacer las correspondientes fotografías de la zona, seguimos nuestro periplo por el centro de la ciudad. Os hago un pequeño croquis de lo que fue nuestro paseo de la mañana:

De la la Plaza del Cabildo nos acercamos a la Plaza de San Roque, donde se encuentra la Biblioteca Municipal y la Iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados. Proseguimos nuestro recorrido por la calle Torno, para llegar hasta el Convento Madre de Dios. Regresamos sobre nuestros pasos y subimos por la calle Bretones que da con la Cuesta de Belén y allí vimos las Covachas y el Mercado Municipal. La pendiente es pronunciada, pero las escaleras colocadas de manera estratégicas hacen que la subida no se haga tan pesada ¡quién nos iba a decir que en Sanlúcar de Barrameda había cuestas! Justo al final de la cuesta, mirando hacia la derecha, nos encontramos con el Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, ¡que bien merece la pena! Mirando la hora, nos dimos cuenta de que aun nos quedaba como media hora para llegar a una cita muy especial… ¡y es que teníamos reservado una visita guiada a la famosa Bodega Barbadillos! Circulamos por la calle Luis de Eguilaz y dejamos a nuestra izquierda la Iglesia Mayor Santa María de la O y el Palacio Ducal de Medina Sidonia (ambos se encontraban cerrados). Sorpresa la nuestra cuando vimos el espectacular castillo de Sanlúcar, conocido como el Castillo de Santiago. Nos acercamos hasta la puerta del Castillo para poder ver si abrían a la tarde y ¡bingo! Al final tuvimos suerte pues abrían a la tarde, así que dejamos su visita para después. Ahora sí, nos esperaba nuestro último destino de la mañana: la visita a las Bodegas Barbadillo.

El paseo es bastante cómodo y tiene los principales museos y lugares de interés muy cerca los uno de los otros.

Ahora sí, vamos a hablar con un poquito de más detenimiento sobre todo aquello que vimos por la mañana. Vamos a dar respuesta a la pregunta:

¿Qué vimos en el Casco Histórico?

Plaza del Cabildo

La plaza está declarada como Conjunto Histórico-Artístico desde 1978 y como en muchos otros municipios, su nombre actual no concuerda con el que fue bautizado en el siglo XVI. Se la conocía como la Plaza de la Ribera y tiene sentido, pues antiguamente ésta se encontraba junto al mar; sin embargo, con el paso de los años, se le ha ido ganando terreno al mar y hoy la Plaza del Cabildo se encuentra a unos 15 minutos andado de la playa. La plaza es el punto neurálgico del centro. Da con la calle Ancha, la más famosa de la ciudad. En la propia plaza se puede disfrutar de la degustación propia de la zona. Uno de los bares más famosos que podemos encontrar allí, es Casa Balbino. Nosotros no nos decidimos a comer allí, puesto que estaba todo completo, incluso habían personas esperando su turno para poder comer y como no queríamos esperar, probamos suerte en el bar que había justo al lado ¡y qué gran decisión tomamos! Pedimos tapitas, nos salió bastante bien de precio y sobre todo, ¡podemos decir que comimos como auténticos reyes! Volvería con los ojos cerrados sin duda.

También en esta plaza encontramos la heladería más famosa de Sanlúcar, nos estamos refiriendo a Toni. Si sois amantes de los helados os gustará saber que tiene 125 años de historia, ya que abrió sus puertas en 1896. Tantos años de buen hacer les ha dado reconocimiento en la zona, y podemos asegurar que sus helados están espectaculares. Por último, debemos mencionar la fuente, pues es realmente ella quien se lleva todas las atenciones de transeúntes y turistas. Se trata del punto de encuentro por excelencia y llama la atención su tamaño, pues ocupa gran parte de la plaza. Os dejamos unas fotografías que ilustran nuestra fascinación por esta plaza:

Iglesia de Nuestra Señora de los Desamparados

Esta pequeña pero preciosa Iglesia, situada en la Plaza de San Roque, atrae con sus puertas abiertas al creyente y al visitante. Al principio nos sorprendió encontrarnos a tantas personas en el interior de la Iglesia, sin ser hora de misa, hasta que ya comprendimos a qué se debía. Resulta que las piezas que encontramos en su interior, obras del sevillano Antonio Eslava Rubio, son de una increíble devoción en la ciudad; me refiero, claro está a las imágenes del Cristo Nuestro Padre Jesús Cautivo y de la Virgen Nuestra Señora de la Estrella. También, resalta en la misma Iglesia el retablo mayor, también de estilo barroco, conservando ese precioso color a madera noble. Una curiosidad del retablo: en el centro podemos encontrar la imagen de Nuestra Señora de los Desamparados, imagen que da nombre a esta Iglesia. Lo cierto es que la visita a su interior nos llamó mucho la atención y sabiendo que allí se encuentran las imágenes más veneradas de Sanlúcar, nosotros recomendamos su visita.

Cuesta de Belén: Las Covachas y el Mercado Municipal

Cuando hablamos de Las Covachas nos estamos refiriendo a la galería porticada de estilo barroco que encontramos en la Cuesta de Belén. Antiguamente era una lonja de mercaderes, pero hoy, en su interior podemos encontrar un museo dedicado a la Manzanilla, el vino más famoso de Sanlúcar. Cuando nosotros fuimos estaban prácticamente preparados para abrir sus puertas, ya que su inauguración iba a tener lugar varios días después de nuestra visita. Así que es otro reclamo turístico que nos quedó pendiente para una segunda visita a la ciudad (que esperamos, volver a realizarla pronto). Mencionar también que Las Covachas están declarada como monumento histórico-artístico desde 1978, siendo este otro dato más a tener en cuenta. Junto a las Covachas, en el siglo XVIII se crea un nuevo Mercado o Plaza de Abastos, que es el que hoy en día encontramos como Mercado Municipal. Abre sus puertas en 1744, sin embargo, unas remodelaciones posteriores hacen que el mercado luzca moderno. ¿Qué podemos destacar de este mercado? Evidentemente su pescado y marisco, siendo la materia prima más reconocida popularmente ¿Quién no conoce acaso los famosos langostinos de Sanlúcar de Barrameda? De hecho, hace no mucho que la ciudad ha sido galardonada con el premio a mejor destino gastronómico, y no nos extraña para nada.

Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda

Dejando atrás la Cuesta de Belén, accedimos al Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda, ¡que se ubica en todo un palacio! más concretamente en el Palacio de Orleans-Borbón. La decoración exterior del edificio nos llamó muchísimo la atención. Podemos decir que predomina un estilo historicista, siendo oriente la principal temática. Fue el deseo del Duque de Montpensier, Antonio Mª de Orleáns, que este edificio reflejase todo aquello que había conocido en uno de sus viajes por el Mediterráneo, tomando sobre todo, a Egipto, Turquía e incluso, Granada, como referentes para su construcción. El Duque de Montpensier estuvo casado con María Luisa Fernanda de Borbón, que fue la hermana menor de la reina Isabel II, por lo que podemos decir que Sanlúcar de Barrameda es hogar de hijos de reyes. El palacio fue construido entre 1860 y 1870 y estuvo habitado por la familia Orleáns-Borbón hasta 1955. En 1980 ya sería adquirido por el Ayuntamiento, convirtiéndose desde entonces en las Casas Consistoriales de la ciudad. Nosotros quisimos entrar en los jardines del Palacio Municipal, pero no pudimos, pues se encontraban cerrados cuando fuimos. Una pena, pero es un motivo más para regresar a Sanlúcar de Barrameda. Por el momento, nos quedamos contemplando maravillados la fachada exterior.

Bodegas Barbadillos

Nuestra siguiente parada nos llevó hasta las famosas Bodegas Barbadillos de Sanlúcar de Barrameda. Se encuentra estupendamente ubicada, justo al lado del Castillo de Santiago, pero la visita de éste último la tuvimos que dejar para por la tarde ¡que ya habíamos atesorado cada minuto de la mañana! La visita consiste en una ruta por las bodegas, además de una cata de vino a su finalización. Nosotros, como teníamos reservada la visita de la 13:00 horas, decidimos hacer tiempo visitando el pequeño museo que tienen abierto en la planta superior del establecimiento. La verdad es que nos pareció bastante curioso porque te hace un pequeño resumen de lo que después, en la visita guiada, vas a descubrir. Nosotros no somos nuevos en esto de visitar bodegas por nuestra zona (ya conocemos las bodegas Osborne del Puerto de Santa María, del cual os hablamos hará algún tiempo), y es la primera vez que encontramos este tipo de museo abierto al público ¡y tan bien explicado! Desde luego, podríamos hacer un post hablando sólo de Barbadillos o incluso del Castillo de Santiago, que también merecería la pena indagar en profundidad en él, pero este no es el caso de este post.

Tenemos que destacar la atención mostrada por la guía de Barbadillos. Muy simpática, siempre dispuesta a resolver las dudas, contagiando ilusión y gusto por su trabajo. Creemos recordar que se llamaba Laura, pero no estamos seguros (sentimos no acordarnos🥺) Otra cosa que nos llamó mucho la atención es que se trata de una bodega viva, en el que vas pasando por zonas y vas viendo a los diferentes trabajadores realizando sus labores de aquí para allá. Es una de las cosas que eché de menos ver en las bodegas Osborne. Y aunque los vinos, en concreto la Manzanilla no sea de mis favoritos, tiene un valor único e incalculable porque su crianza se lleva a cabo en Sanlúcar de Barrameda. En ningún otro lado del mundo. Esto es gracias a la climatología propia de la ciudad, que está justo en la desembocadura del río Guadalquivir, muy cerquita del Parque Nacional de Doñana.

Hay diferentes opciones de visitas, desde la que nosotros hicimos (la visita guiada con la cata de cuatro vinos) hasta visitas privadas o incluso autoguiada con la degustación de dos vinos. Hay para todos los gustos y todos los bolsillos, siendo el más barato la que nosotros realizamos (15,00 € por adulto) y el más caro el que pasa por hacer un mix de todo, desde visita guiada, pasando por un curso de iniciación a la cata hasta una degustación de vinos con aperitivos ibéricos (45,00 € por adulto). Igualmente, siempre os recomendamos que visitéis la web oficial de Barbadillos por si pudiese haber algún cambio desde que nosotros escribimos este post.

Como buenos amantes del vino que somos, la visita a las bodegas Barbadillos no nos dejó indiferentes. Recomendamos su visita para aquellos que también deseen iniciarse en los vinos propios del Marco de Jerez. Estamos seguros de que no os decepcionarán.

Castillo de Santiago

El Castillo de Santiago es un claro ejemplo de castillo bajomedieval, datado en el siglo XV y más concretamente entre los años 1468 y 1492. Cualquier amante de la historia (y sobre todo la de aquellos años) sabrá que el contexto en la que se construye este edificio es muy concreto: estamos hablando de la última etapa de la Guerra de Granada y que tiene de protagonistas a los reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, más conocidos como Reyes Católicos. El Castillo perteneció al linaje de los Guzmán, siendo con D. Enrique Pérez de Guzmán y Fonseca el Magnífico con quien se levanta este mastodonte.

Sin embargo, este no sería el primer castillo que conocería Sanlúcar de Barrameda, es más, al Castillo de Santiago se le denominó por un tiempo como Alcázar Nuevo. Es por esto, que podríamos preguntarnos ¿por qué crear un nuevo castillo? Algunas respuestas se nos pueden venir a la cabeza. Por ejemplo: para defender la desembocadura del río Guadalquivir o, precisamente, por la guerra contra los nazaríes. No obstante, ninguna de estas respuestas se sustenta lo suficiente. Este castillo no se construye a orillas del río (al contrario, más alejado no podía estar) y los musulmanes se encontraban defendiendo sus últimas posiciones en la Península Ibérica, en concreto, en el Reino de Granada. Los motivos que propician su construcción son más mundanos, aunque no falto de lógica. Estamos hablando de un contexto en el que las familias aristócratas luchan por el poder territorial y social, así, este castillo se construye para hacer frente al gran rival de D. Enrique Pérez de Guzmán: D. Rodrigo Ponce de León y también para elevar el ya alto status social que gozaban estas personas. Tener un castillo era sinónimo de poder, de riquezas… era a fin de cuentas, una forma de diferenciarse de los demás.

Lo cierto es que todo lo relacionado con la historia de este castillo es muy interesante y podríamos hablar largo y tendido en este post, pero si estáis interesados en conocer la historia al completo del Castillo de Santiago, os recomiendo que cliquéis aquí.

Nuestra experiencia en el Castillo de Santiago fue muy gratificante y podríamos habernos llevado más tiempo del que al final estuvimos (se nos echaba la hora de cierre encima) pues la entrada viene acompañada de una audioguía muy divertida, pues puede recordarnos un poco a las visitas teatralizadas, pero solo en audio. A nosotros nos pareció bastante interesante también cómo jugaban con los sonidos que se podían escuchar a lo largo del recorrido. Después, el Castillo de Santiago, precisamente por dónde se encuentra ubicado, permite unas fotografías preciosas de todo Sanlúcar de Barrameda, así como del río Guadalquivir e incluso el Parque Nacional de Doñana.

Y es que la visita al Castillo de Santiago no se quedaba solo ahí, cuenta con una exposición dedicada a Magallanes y al Cano que era un verdadero disfrute, con paneles y piezas explicativas. Y ya para pasión mía, contaba con un coqueto Museo del Traje y de las Armas que yo disfruté como una enana.

Pero hablemos del precio: ¿Cuánto cuesta la entrada al Castillo de Santiago? por persona es de 8,00 € (¡y de 6,00 € para los sanluqueños!) con su audioguía. Aunque también existe la posibilidad de realizar visitas guiadas (con reserva previa) por 8,00 € o visitas teatralizadas (en los meses de verano) con un precio de 17,00 € por persona (aunque también hay opciones más baratas para niños y jubilados). Recomiendo que toda la relación de precios lo consultéis antes en la página oficial, por su pudiese haber cambios desde el momento en el que nosotros publicamos esta entrada. Para consultarlos todos solo tenéis que clicar aquí.

Última parada: Nos despedimos de Sanlúcar de Barrameda

Una vez terminada la visita al Castillo de Santiago (ya a la tarde), poco nos quedaba por hacer ese día. Terminamos cenando con unos amigos sanluqueños y disfrutando de una bonita velada, paseando por el centro de la ciudad. A la mañana siguiente, solo nos quedó hacer el check-out en nuestro hotel y pasear por la arteria principal de Sanlúcar: la Calle Ancha, hasta llegar a la calle Barrameda, prácticamente a la altura de su Plaza de Toros. No entramos en ningún local más, pero sí pudimos disfrutar de alguna parroquia que estaba abierta, como por ejemplo la Parroquia de San Nicolás (que nos pareció preciosa) y terminamos nuestro paseo observando el Monumento a la Virgen de la Esperanza.

Sanlúcar de Barrameda me era una gran desconocida, pero después de esta pequeña escapada, entiendo que haya robado más de un corazón. Disfrutamos un día fresco, agradable, de viento de poniente en esta escapada veraniega. No sabría decir si es la mejor época para conocer Sanlúcar, pero desde luego, para nosotros lo fue. Nos encantó conocer su paisaje e historia gracias a la visita al Centro de Visitantes «Fábrica de Hielo» y al Castillo de Santiago, el sabor de Sanlúcar gracias a sus vinos de Manzanilla de las Bodegas Barbadillos y el encanto de sus gentes gracias a nuestros amigos sanluqueños y todos los que nos atendieron, desde la recepción del hotel pasando por nuestra guía en la bodega, todos ellos, que tan bien se portaron con nosotros. Nos llevamos un poquito de Sanlúcar de Barrameda, y no dejaremos nunca de recomendar su visita.

Igualmente, si deseas vivir de primera mano cómo fue nuestra experiencia en Sanlúcar de Barrameda, os recomendamos el visionado de nuestros vídeos de Youtube.

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